Ser papá de una mujer es una de las felicidades más grandes de esta vida. Las hijas son más apegadas a su padre. Cuando son pequeñas ven en su progenitor el hombre ideal y los papás ellas siempre serán sus pequeñitas. Cuando una hija crece y decide contraer matrimonio el papá tiene muchos sentimientos encontrados.Por un lado le da tristeza porque tiene que aceptar que ella ya creció, pero por otro lado sienten alegría de saber que su hija se unirá al hombre que la ama.